lunes, 30 de septiembre de 2013

Visita a la UNAM y a la exposición de Remedios Varo


Fui a la UNAM, a una entrevista con la directora de la Filmoteca. A la entrada de la misma me encontré con el pedestal que utilizó Buñuel para Simón del Desierto. Lo tienen allí mismo, lo fotografié y sentí un no sé qué por dentro…  Buñuel se me aparece por todas partes.
 

Como veréis el emplazamiento es de lo más reciente, el 29 de julio de este año.
 
De paso me acompañaron Ina y Elena porque  si es obligada la visita al Museo de Antropología, también lo es a la UNAM. ¡Eso sí que es una auténtica ciudad universitaria! Situada al sur de la ciudad en un parque natural, es tan inmensa que hay cinco paradas del llamado metro bus dependiendo de donde quieras ir. Hay que tener en cuenta que cada parada es kilométrica, es decir, puede haber varios kilómetros entre cada una.  Fue toda una odisea. Cogimos el metro bus (un bus con carril propio por la ciudad) en dirección a la Universitaria en Reforma. Según entramos, nos bajan. Los maestros acababan de cortar la calle.

Maestros  por Reforma.
 
Fuimos andando hasta Insurgentes (de nuevo todo entre Insurgentes y Reforma) Allí conseguimos coger un nuevo metro bus y al bajarnos en la UNAM, nos equivocamos de parada, como no podía ser menos. Pero no hay problema. Por todo el circuito universitario pasan unos buses gratuitos  que te van llevando de un lado a otro. Nos avisaron dónde nos teníamos que bajar y así lo hicimos. Nunca he visto unas dimensiones tan astronómicas en una Universidad.  Después, visita obligada al Museo de Arte Contemporáneo, dentro de la UNAM. Allí comimos y visitamos el edificio, precioso. Las exposiciones no tanto.
 

Otro de los museos que hemos visitado en este nuevo viaje al DF ha sido el Museo de Arte Moderno, donde había una exposición de ¡Remedios Varo! Temblad de envidia, la exposición es estupenda, emocionante. No conseguí ver nada de Leonora Carrington, pero a cambio, he conseguido el libro suyo de Memorias de abajo, que en Madrid ya no lo encontraba. A Lourdes, sobre todo, se lo dejaré oler, je,je.
Foto de Remedios Varo

 

Parte del cartel anunciador de la exposición. Este dibujo de la Varo es una carta de tarot.

Panel completo para entrar a la exposición.
 

 
 



El título de este cuadro es: "Al último romántico le dio por el culo el mariscal Petain"
 
No pongo todos los cuadros, solo algunos. Además, la exposición contenía escritos filosóficos de Remedios Varo y una colección de libros que tenía en su casa. Una delicia.
 
Como el Museo en sí también es muy interesante, pues tiene un inmenso jardín lleno de esculturas, os pongo una muestra de ellas.
 

 


 




 

 


Ésta me encanta
 
 
Era intención nuestra ir a San Cristóbal de las Casas, pero otra vez mi deseo se frustra. Un nuevo frente de lluvias, no se sabe si terminará siendo tormenta tropical o algo más fuerte o más suave, amenaza justo los estados del sur, entre ellos Chiapas, así que, con dolor de pies por haber recorrido México, y dolor de corazón por no ir hasta allí, lo mismo que a Guadalajara (Javier, prometo que iré en cuanto pueda) hemos vuelto a Cholula.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Tenochtitlán


De nuevo lluvias torrenciales sobre México,  llueve sobre mojado, nunca mejor dicho, sobre todo para los mexicanos que lo han perdido todo. Así que os contaré la visita a Tenochtitlán, la ciudad de los mexicas, y su  Templo Mayor, hoy bajo los cimientos de la catedral de México DF. Fuimos al zócalo para ambientarnos y porque  teníamos que pasar obligatoriamente por él. Queríamos ver lo de los puntos de recogida de alimentos para los damnificados. Y nos encontramos con un zócalo rodeado por la policía, con  tiendas blancas en el centro. Solo podían acceder quien llevara cosas. Estaba tomado militarmente, no solo por la policía federal, también por el ejército y la marina. Sorprendente. Por supuesto, el objetivo es  evitar que los maestros vuelvan a tomar el zócalo (actualmente están acampados en la plaza del monumento a la revolución, mucho más pequeña). Pero digo yo: ¿por qué no envían a todos los que están allí haciendo el lila (vimos a un poli al que un limpiabotas le estaba lustrando las ídem) a ayudar a los damnificados?  Van ya 170 muertos, que se dice pronto, y un nuevo frente de lluvias amenaza con más catástrofe, más derrumbamientos y aludes, más casas desaparecidas en el lodo. Hay poblaciones aisladas por tierra, mar y aire, sin comida ni agua potable, ni nada. Empiezan las infecciones, y han aparecido casos de cólera.  Pero noooo. Lo fundamental es “salvar el zócalo” de la protesta maestril, que siguen cortando las calles (nos tocó), impidiendo el tráfico en el Paseo Reforma (como si la Castellana se cortara todo el día), sin hacerles caso, en una política de desgaste que consigue que la población del DF cada día que pasa se ponga más en contra de ellos. También por las contradicciones políticas: el PRD, socialdemocracia algo más a la izquierda que el PSOE, gobierna en la ciudad de México y no quiere intervenir en el conflicto, dejándoles acampar y cortar calles. El PRI, en el gobierno y responsable de la policía federal, manda acordonar el zócalo, y también manda al ejército y la marina. Conclusión: México es una ciudad tomada manu militari.

 
 
 
¿No estaría mejor la Marina donde las inundaciones?
 
 
Esta es la policía federal

Dimos un inmenso rodeo, como todo lo que se hace en el DF (para hacerse una idea, el zócalo es como 10 veces la Plaza Mayor)  y al final llegamos a Tenochtitlan, una sociedad que se desarrolla con el declive de Teotihuacán, mal conocida como azteca, porque debería llamarse mexica. En fin, un lío para una profana como yo. Estaba situada en las islas que existían en la laguna. (Lo dice la canción: Guadalajara en un llano, México en una laguna).  Parece ser que en 1521, antes de la llegada de los españoles, la ciudad tenía 80.000 habitantes, mientras que en aquella época ninguna ciudad española llegaba a ese número. Una estructura con una gran Templo Mayor (donde hoy se encuentra la catedral) y alrededor, llegando a los bordes de las islas y cerca de la laguna, primero los palacios y luego las casas. Bernal Díaz del Castillo  describe así la magnificencia:
Y desde que vimos tantas ciudades y valles poblados en el agua y en la tierra firme y otras grandes poblaciones y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos quedamos admirados y decíamos que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro Amadís, por las grandes torres y edificios que tenían dentro del agua y todos de cal y canto y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños y no es de maravillar que yo escriba aquí de esta manera, porque hay mucho que ponderar en ello. No sé cómo lo cuento, ver cosas nunca oídas, ni aún soñadas como veíamos.
Lo más espectacular es el descubrimiento de una inmensa escultura en el 2007, hallada bajo unos edificios que quedaron muy dañados cuando el terremoto del 85 y que sabían que había ruinas debajo. Es una mujer en posición de parir.
Aquí no se aprecia, pero es una escultura de tres metros de altura por dos de ancho, más o menos.

Detalle de la cabeza

Por si queréis leerlo, sacad la lupa. Aquí explica el hallazgo en el 2007

 
 
 Parece ser, por lo que nos han contado que, como México se hunde (la información la di en otra entrada) los arqueólogos deducen dónde hay ruinas por los edificios o partes de éstos que no se hunden. O sea, si se hunde, no hay ruina. Si no se hunde, ruina. Curiosa paradoja. Como la que me contó un taxista. Había quedado a comer en la colonia de San Ángel, en un restaurante francés en la Avda. de la Paz. Como esta ciudad es tan inmensa, siempre hay que dar referencias al taxista, entre tal y tal calle. Me dieron la referencia de la calle diciendo que estaba entre Insurgentes y Reforma. Cuando le di la indicación al taxista, un mexicano a lo Zapata con su bigote y todo, cara anchota, llamada Juan Pedro (en la hora que duró el trayecto nos contamos nuestras vidas y su mujer resultó ser tocaya mía), se volteó para atrás, me miró con cara de sorna y me dijo: señora, en esta ciudad todo está entre Insurgentes y Reforma. Y tenía razón: los maestros insurgentes en Reforma; la reforma educativa produciendo la insurgencia de los maestros y la reforma energética produciendo la insurgencia ciudadana. De nuevo la paradoja, o el realismo mágico, como se prefiera.
La ocultación de las culturas anteriores a la conquista por los españoles ha producido que, en realidad, todas estas culturas, restos arqueológicos y hallazgos sigan siendo muy recientes, quedando todavía mucho por descubrir. Lo mismo que en España se puede hacer la ruta del románico, aquí podría hacerse la ruta de las pirámides, con variaciones si son mexicas, olmecas, toltecas, aztecas o mayas. No son todas iguales. Nuestra ignorancia, al menos la mía, grande. Sírvame este viaje, al menos, para subsanar parte de ello. Como podréis ver, las serpientes son muy parecidas a los dragones chinos y muchas de las esculturas que hemos ido viendo parecen de orientales, como budas o luchadores de sumo.



Pared llena de calaveras
 
Aquí se observan mejor.
 

Caracola encontrada. Normalmente se usaba como instrumento musical.


Vista general de las ruinas con la catedral donde estaba el Templo Mayor.



Curioso ver el desnivel del suelo
  
Espectaculares las ranas follando
 
 
Sillín polícromo perfectamente conservado

Bueno, y como creo que ya está bien de Tenochtitlán, de Monctezuma, el que gobernaba la ciudad cuando llegaron los españoles y el que se venga de nosotros con supremas diarreas, os pongo ahora una foto por si algún parado se le ocurre hacer lo mismo en España. La verdad, es que el ingenio para buscarse la vida en este país es muy original.
En plena calle, en la acera de un parque, un lugar para hacer fotocopias. El enganche, un cable a la línea de la luz, un cajetín a la derecha de donde sale, y algo como un limón encima, creo, para apartar los rayos de tormenta. Yo al menos lo interpreté así, de cuando lo aprendí en mi juventud en las tiendas de campaña antiguas por el Pirineo: poníamos una patata en los hierros para evitar los rayos.
 

jueves, 26 de septiembre de 2013

Teotihuacán


Tras el desastre de México, los medios dicen que es comparable al terremoto del 85, asistiendo atónitos a ver cómo se da más importancia a los turistas que a los lugareños en Acapulco, cómo es más importante la solidaridad ciudadana que la "eficacia" del gobierno, y tras breves incursiones a Cholula y Puebla, con paraguas, y bien parapetados contra la lluvia, manteniéndonos el resto del tiempo en casa muertos de frío, llegamos al DF.

¿Creíais que era broma?

Trabajando con el ordenador, rodeada de mantas y rebozos de lana
 
El primer día fue  Coyoacán, ver de nuevo la casa de Frida Kahlo y visitar a los amigos. El lunes, al estar cerrados los museos, decidimos ir a las pirámides de Teotihuacán. Mágica palabra para un lugar telúrico que había visitado hacía años y que me ha vuelto a sobrecoger como pocos sitios. Claro que no he estado en las pirámides de Egipto. Pero iré por el principio. En el hotel, al preguntar cuánto nos costaría un taxi (ir allí en autobús es muy lioso), nos vendieron un tour de una agencia, que nos salía más barato y que incluía visitar la Plaza de las Tres Culturas (para los más jóvenes,  refrescaré la memoria porque allí hubo, en el 68, una matanza terrible de estudiantes). Es una plaza que recoge la cultura prehispánica, con unas ruinas de una antigua edificación maya, zona de comercio, una iglesia, que representa el colonialismo y unos edificios modernos que la rodean, la actualidad.
Plaza de las Tres Culturas
 
 
 

Después nos llevaron a la basílica de Guadalupe. Mejor os ahorro lo que es eso. Hay una antigua, que se está hundiendo y han hecho otra nueva, circular, horrorosa, vendida como el no va más, milagros incluidos de un tal Juan Diego, al que se le apareció la virgen, la historia de un milagro de un lienzo no pintado, en fin, que sonaba todo a timo eclesial vendido como el traje del emperador. Todo el mundo diciendo que veía el manto y yo el manto no lo veía por ningún lado.
Íbamos en una furgo dos austriaco-alemanes, dos colombianos, una portorriqueña y nosotros tres, el conductor y el guía que se llamaba Noé. La broma estuvo hecha: nosotros éramos el arca. Hacía tiempo que no iba yo en un tour organizado en el que el guía sabe cuatro cosas o cuatrocientos, da igual, todas superficiales y buscando lugares comunes para la inmensa mayoría de la gente que acude a ellos. Después de la basílica, visita a la consabida tienda de merchandising guadalupano, agua bendita en venta incluida, rosarios de todo tipo, que todos compraron menos los austriacos-alemanes y nosotros. Datos pocos, sustancia, la menor, lugares comunes, casi todos.
Basílica de Guadalupe, la antigua. La nueva no la fotografié por horrorosa.

 

Al acabar, ruta a las pirámides pero… antes, parada en un lugar donde nos cuentan cómo se hace la plata, cómo se trabaja la obsidiana, el pulque y el tequila. Después, la consabida tienda de venta de todos esos productos. De nuevo, los austriacos y nosotros, sin comprar nada, aunque degustamos el pulque y el tequila. Era gratis.

Por fin a las pirámides. Impresionante. Ubicadas en los altos valles de México, en un lugar rico y fértil en donde, tras las ruinas de la cultura olmeca, se fueron congregando diferentes tribus venidas de otros lugares precisamente por la fertilidad del valle. Construyeron una de las civilizaciones y ciudades más importantes de América. 400 años antes de Cristo, pequeñas aldeas vivían dispersas. Llegó a tener 10.000 habitantes. La creación de Teotihuacán  supone la aparición de una organización política, un estado con pretensiones imperiales que se lanza a una serie de conquistas y se extiende sobre pueblos diferentes, subyugados por la conquista militar o atraídos por el comercio. La ciudad estaba dividida en cuatro grandes sectores y las pirámides representaban la cúspide del edificio social. Las más emblemáticas, las del sol y la luna, el camino de los muertos atravesaba toda la ciudad y las une. Parece ser que todo estaba a escala astronómica, de lo  que eran unos especialistas., lo mismo que en matemáticas.
Teotihuacán a principios de siglo XX. al fondo, la pirámide de la luna
Pirámide de la luna al fondo y pirámide del sol en primer plano
 
 
Pirámide de la luna
El del paraguas es Ina subido a la pirámide de la luna
 
Dos chulas lunáticas
 
 
Lugar del juego de la pelota, muy popular en la época precolombina
 
Detalle de columna en el patio de los pilares. Símbolos de los cuatro elementos. El de más abajo, fuego, el segundo, viento, el tercero, tierra, el cuarto, agua.
 
Vista del patio de los pilares.
 
Pirámide del sol
El camino de los muertos, la vía principal que une la pirámide lunar y la del sol
 
 
La espectacular pirámide del sol. Por supuesto, no nos atrevimos a subirla.
 
 

En Teotihuacán había tres grandes grupos sociales: mercaderes, artesanos y pequeños comerciantes formaban un bloque. Después estaban los militares y el tercer gran grupo eran los sacerdotes, expertos en astronomía y matemáticas.
Interiores de palacio



Detalle. caracola
Pirámide de las serpientes

Detalle de la pirámide de las serpientes


Más detalles







 
 

Todo esta información, por supuesto, no  la contó el guía Noé, la saqué del libro que ya he mencionado en alguna ocasión, Historia mínima de México, editado por el colegio de México.