De nuevo lluvias torrenciales sobre México, llueve sobre mojado, nunca mejor dicho, sobre todo para los mexicanos que lo han perdido todo. Así que os contaré la visita a
Tenochtitlán, la ciudad de los mexicas, y su
Templo Mayor, hoy bajo los cimientos de la catedral de México DF. Fuimos
al zócalo para ambientarnos y porque
teníamos que pasar obligatoriamente por él. Queríamos ver lo de los
puntos de recogida de alimentos para los damnificados. Y nos encontramos con un
zócalo rodeado por la policía, con tiendas blancas en el
centro. Solo podían acceder quien llevara cosas. Estaba tomado
militarmente, no solo por la policía federal, también por el ejército y la
marina. Sorprendente. Por supuesto, el objetivo es evitar que los maestros vuelvan a tomar el
zócalo (actualmente están acampados en la plaza del monumento a la revolución,
mucho más pequeña). Pero digo yo: ¿por qué no envían a todos los que están allí
haciendo el lila (vimos a un poli al que un limpiabotas le estaba lustrando las
ídem) a ayudar a los damnificados? Van ya 170 muertos, que se dice pronto, y un
nuevo frente de lluvias amenaza con más catástrofe, más derrumbamientos y aludes,
más casas desaparecidas en el lodo. Hay poblaciones aisladas por tierra, mar y
aire, sin comida ni agua potable, ni nada. Empiezan las infecciones, y han aparecido
casos de cólera. Pero noooo. Lo fundamental es “salvar el
zócalo” de la protesta maestril, que siguen cortando las calles (nos tocó),
impidiendo el tráfico en el Paseo Reforma (como si la Castellana se cortara
todo el día), sin hacerles caso, en una política de desgaste que consigue que
la población del DF cada día que pasa se ponga más en contra de ellos. También
por las contradicciones políticas: el PRD, socialdemocracia algo más a la
izquierda que el PSOE, gobierna en la ciudad de México y no quiere intervenir en
el conflicto, dejándoles acampar y cortar calles. El PRI, en el gobierno y
responsable de la policía federal, manda acordonar el zócalo, y también manda
al ejército y la marina. Conclusión: México es una ciudad tomada manu militari.
¿No estaría mejor la Marina donde las inundaciones?
Esta es la policía federal
Dimos un inmenso rodeo, como todo
lo que se hace en el DF (para hacerse una idea, el zócalo es como 10 veces la
Plaza Mayor) y al final llegamos a
Tenochtitlan, una sociedad que se desarrolla con el declive de Teotihuacán, mal conocida como azteca, porque debería llamarse mexica. En fin, un lío para una profana como yo. Estaba situada en las islas que existían en la laguna. (Lo dice la canción: Guadalajara en un llano, México en una laguna). Parece ser que en 1521, antes de la llegada de los españoles, la ciudad tenía 80.000 habitantes, mientras que en aquella época ninguna ciudad española llegaba a ese número. Una estructura con una gran Templo Mayor (donde hoy se encuentra la catedral) y alrededor, llegando a los bordes de las islas y cerca de la laguna, primero los palacios y luego las casas. Bernal Díaz del Castillo describe así la magnificencia:
Y desde que vimos tantas ciudades y valles poblados en el agua y en la tierra firme y otras grandes poblaciones y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos quedamos admirados y decíamos que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro Amadís, por las grandes torres y edificios que tenían dentro del agua y todos de cal y canto y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños y no es de maravillar que yo escriba aquí de esta manera, porque hay mucho que ponderar en ello. No sé cómo lo cuento, ver cosas nunca oídas, ni aún soñadas como veíamos.
Lo más espectacular es el
descubrimiento de una inmensa escultura en el 2007, hallada bajo unos edificios
que quedaron muy dañados cuando el terremoto del 85 y que sabían que había
ruinas debajo. Es una mujer en posición de parir.
Aquí no se aprecia, pero es una escultura de tres metros de altura por dos de ancho, más o menos.
Detalle de la cabeza
Por si queréis leerlo, sacad la lupa. Aquí explica el hallazgo en el 2007
Parece ser, por
lo que nos han contado que, como México se hunde (la información la di en otra
entrada) los arqueólogos deducen dónde hay ruinas por los edificios o partes de
éstos que no se hunden. O sea, si se hunde, no hay ruina. Si no se hunde,
ruina. Curiosa paradoja. Como la que me contó un taxista. Había quedado a comer
en la colonia de San Ángel, en un restaurante francés en la Avda. de la Paz.
Como esta ciudad es tan inmensa, siempre hay que dar referencias al taxista,
entre tal y tal calle. Me dieron la referencia de la calle diciendo que estaba
entre Insurgentes y Reforma. Cuando le di la indicación al taxista, un mexicano
a lo Zapata con su bigote y todo, cara anchota, llamada Juan Pedro (en la hora
que duró el trayecto nos contamos nuestras vidas y su mujer resultó ser tocaya
mía), se volteó para atrás, me miró con cara de sorna y me dijo: señora, en
esta ciudad todo está entre Insurgentes y Reforma. Y tenía razón: los maestros
insurgentes en Reforma; la reforma educativa produciendo la insurgencia de los
maestros y la reforma energética produciendo la insurgencia ciudadana. De nuevo
la paradoja, o el realismo mágico, como se prefiera.
La ocultación de las culturas anteriores a la conquista por los españoles ha producido que, en realidad, todas estas culturas, restos arqueológicos y hallazgos sigan siendo muy recientes, quedando todavía mucho por descubrir. Lo mismo que en España se puede hacer la ruta del románico, aquí podría hacerse la ruta de las pirámides, con variaciones si son mexicas, olmecas, toltecas, aztecas o mayas. No son todas iguales. Nuestra ignorancia, al menos la mía, grande. Sírvame este viaje, al menos, para subsanar parte de ello. Como podréis ver, las serpientes son muy parecidas a los dragones chinos y muchas de las esculturas que hemos ido viendo parecen de orientales, como budas o luchadores de sumo.
Pared llena de calaveras
Aquí se observan mejor.
Caracola encontrada. Normalmente se usaba como instrumento musical.
Vista general de las ruinas con la catedral donde estaba el Templo Mayor.
Curioso ver el desnivel del suelo
Espectaculares las ranas follando
Sillín polícromo perfectamente conservado
Bueno, y como creo que ya está bien de Tenochtitlán, de Monctezuma, el que gobernaba la ciudad cuando llegaron los españoles y el que se venga de nosotros con supremas diarreas, os pongo ahora una foto por si algún parado se le ocurre hacer lo mismo en España. La verdad, es que el ingenio para buscarse la vida en este país es muy original.
En plena calle, en la acera de un parque, un lugar para hacer fotocopias. El enganche, un cable a la línea de la luz, un cajetín a la derecha de donde sale, y algo como un limón encima, creo, para apartar los rayos de tormenta. Yo al menos lo interpreté así, de cuando lo aprendí en mi juventud en las tiendas de campaña antiguas por el Pirineo: poníamos una patata en los hierros para evitar los rayos.
Es una pena que regreses...
ResponderEliminarDejarás de escribir estas maravillas...
Paradoja; no sé si prefiero que vuelvas porque te echo de menos o si prefiero que te quedes porque echaré de menos tus crónicas...
Ayseñor.
Mujer, eso se puede solventar: cuando llegue te cuento las cosas que no he puesto en el blog y santas pascuas.
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