sábado, 7 de septiembre de 2013

¡CHOLULA EN FIESTAS!

Aquí septiembre también es un mes de fiestas, de fiestas patrias, culminando el día 15,  en que se conmemora la independencia, y las tajadas o melopeas suelen ser tan fuertes que al día siguiente nadie trabaja. Como preparación a ella, haciéndolas coincidir y prolongándolas en el tiempo, desde la última semana de agosto Cholula está en fiestas.
Soportales y catedral en el zócalo antes de las fiestas.

El inmenso y tranquilo zócalo se ha transformado en una algarabía de norias, montañas rusas, puestos, feriantes, tiovivos, casa del terror y miles de puestos y no puestos en los que todo el mundo  sale dispuesto a vender lo que sea con tal de ganar unos pesos. Mujeres mayores que cosen, tejen y hacen huipiles a la vista de todos, campesinas que ponen sus cuatro aguacates en el suelo, sus habas o manzanas, los chapulines, maderas, juguetes, qué va a ser güerita, pruebe este queso de cabra, ¿no quiere algo para el nieto?, nopales, tamales, ándele, pase a tomar algo, quesadas de flor, papas locas, ¿tiro al blanco?, la casa de los espejos, el laberinto y cientos de puestos en el suelo, ¿esta frazada o mejor un poncho?, zapatos de niña, sandalias de cuero, pendientes, pulseras de Chiapas, anillos... Apenas no se puede pasar, no hay ya espacio, caldo de carne, le vendo cecina, 100% de res... Curiosamente, han desaparecido los niños vendedores, en su lugar, los ancianos.


Colores patrios y banderas por doquier







Los soportales transformados, sin terrazas









¿Le toco el arpa, seño? ¿Le canto un corrido? Aquí un acordeón, allá el hombre orquesta, y petardos, tracas, estruendo que se confunde con los truenos de tormenta, cielo encapotado, lluvia que mantiene impertérrito a todo el personal, bajo plásticos, ¿le vendo uno? hasta que escampe y salga el arco iris.





 
 
Parecido a nuestras verbenas pero con sabor indígena, con venta de lo que sea. Los fraccionamientos se abren para hacer de parkings temporales en el poco espacio que haya, 10 pesos hora. WC públicos por 4 pesos, que suelen ser los baños comunitarios de los cerrados, comunidad de casas pobres escondidas tras una valla con un baño comunitario, como antes nosotros, como en las corralas. Pues se convierten ahora en baños públicos para toda la población que baja a vender, que no pueden entrar en los baños de cafeterías porque no les dejan, así todos sacan unos pesos, cualquier cosa con tal de ganar algo. Los niños pasean, papá quiero esto, ni caso, no está aquí la economía para gastos y la mayoría de las atracciones vacías. La diversión: ver cómo montan otros, reírse de la cara de susto que ponen los cuatro que van en la montaña rusa, o en el gusano volador, ahí sí, concentrados, con la boca abierta viendo las luces multicolores, las caras de susto de otros, amarrados, aprovechando para dar un beso furtivo o agarrar a la novia de la cintura y restregarse un poco.
En la otra plaza,  la que está a los pies de la pirámide, también hay chiringuitos, comida, más comida, tacos, tamales... Allí está el vuelo, el desafío al aire y al viento, subir, intentar alcanzar casi al santuario en perspectiva, darse la vuelta con sus trajes de fiesta, engancharse por los pies y boca abajo, soltarse, dar vueltas, abrir los brazos, sentirse pájaros, quetzacoatl,  mientras descienden y descienden hasta rozar el suelo y topar con la realidad. Ha merecido la pena, son los voladores:
 
 
 
 
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. Chispas, Carmen, que bien has bebido el espíritu de las fiestas pagano- religiosas. Porque, aunque parezca mentira, hay una religiosidad profunda en todo ello.
    Tú lo ves tan claro el pathos nacional como lo vieron Buñuel, Max Aub, José de la Colina y el recientemente fallecido Santiago Genovés.
    Estoy fascinado con tu manera de contar, reveo a mi país a través de tu sensibilidad.

    Abrazos desde las Europas.

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  2. Hacía años que no oía lo de "chispas" y creo que exageras, Sergio, al compararme con grandes, nada menos que con grandísimos admiradores míos. Aunque no me lo creo, te lo agradezco. Abrazo cholulteca, por un tiempo. En otoño se me acaba... y vuelta.

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  3. Ah, por cierto, entré en la Catedral a la hora de la misa, para echar un vistazo. Es la vez que la he visto más vacía, seis o siete personas tan solo. No vaya a ser que en la media hora que dura se dejen de ganar unos pesos..

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