jueves, 11 de julio de 2013

Arroz para cuarenta y recuento electoral


En la anterior entrada comenté que el 7 de julio hubo elecciones municipales en catorce estados mexicanos. Hasta el próximo domingo no se saben los resultados. Esto da una idea del ritmo que llevan aquí las cosas. Una semana para el recuento. En el estado de Baja California, como parece ser que es muy significativo y donde todos se dan por ganadores, han pedido un nuevo conteo manual de todos los votos, con lo cual a lo mejor se tarda más. Así que poco más puedo decir de cómo queda el mapa electoral que, como ocurre en España, no creo que signifique mucho, salvo los contundentes ataques e insultos, que también de eso tenemos allá.

Cambiando de tercio:
Una de las fiestas que más se celebran es cuando las niñas llegan a los 15 años, celebración de toda América Latina, una de las fiestas más cursis, conservadoras y reaccionarias que conozco. Es cuando a la niña se la considera mujer, la visten de largo, va a su primer baile y ya es casadera. Es como El baile de  Irene Nemirovski.  Esta celebración en México consta de tres partes. En la primera, que se realiza en un local para eventos especiales, se cubre la etapa de lo que  llaman la mojada. Los amigos van a ese sitio y se trata de mojar y remojar a la quinceañera. Luego, a los dos o tres días, o a la semana, se celebra la fiesta en la que se visten con las mejores galas, van sus amigos y toda la familia que llegan de todas partes de México. Es la más gorda y no fuimos porque solo de pensarlo me salía sarpullido, para prueba la foto de uno de los zapatos que se vendía en las tiendas especiales que hay para el evento. Ya puse muñequito, pero no el zapato de encaje, que allá va.
 
La última parte es la fiesta familiar, a la que asistimos. En dos carpitas dentro del fraccionamiento. Hombres, sentados en un sitio. Jóvenes con la quinceañera en otra, mujeres en otra, donde a mí me tocó y me sentaron en una mesa redonda que fue el descenso al México profundo. Veamos, la abuela de la quinceañera, una mexicana como de película, tipo María Félix, que debió de ser muy guapa, pero sorda y medio ciega, como de película de Buñuel, intentando pinchar por intuición y sin que se le notara dónde estaban las aceitunas y dónde el trozo de carne. La madre y la tía de un torero mexicano que no conozco,  y la mujer del torero mexicano, una argentina de 29 años con dos niños en dos años de casada, santiguándose para comer, haciendo que el niño de un año se santiguara antes de tomar el biberón y poniéndole a rezar contra la pared. Yo, flipando. El torero no estaba, como era domingo andaba en una corrida. ¿Que por qué fuimos? ¡Tachán! Porque nos comprometimos a hacer una paella para ¡40! ¿Quién dijo miedo? Sin paellera, en bandejas de horno y preguisando lo anterior en un enorme perolo. Como Ina les había hecho un arroz cuando yo no estaba y no le quedó bueno, todo el mundo me achacó el mérito a mí, pese a que la hiciera él. Para variar y pensando que no deberían pasar hambre, tras los aperitivos, los dos kilos de arroz, tres kilos de pollo, un kilo de cerdo, un kilo de judías verdes, un kilo de habas, dos kilos de tomates y no me acuerdo qué más, hizo un rosbif. Cayó en la merienda. Toda una experiencia.
Y ahora, para finalizar, pongo un par de fotos de las urracas mexicanas, que son negras y algo más pequeñas que las nuestras
 
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Hace unos días hubo un sucedido en México DF similar a la hazaña del Dioni al robar una furgoneta blindada llena de dinero. Aquí lo realizaron en una hora "pico" (punta) y los ladrones huyeron en...bicicleta. Como el atasco siempre es monumental, no dieron con ellos. Ja! Como homenaje a ellos, pongo la foto de un camión celular.

4 comentarios:

  1. ¡Estamos muertos de ganas de ver fotos del evento, "paella" incluida!
    Besos

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  2. ¿Es que no es suficiente la bota de ganchillo? ¿No decís nada? A mí me parece simplemente genial.

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  3. Me estaban saliendo ronchones solo de leer lo de la fiesta. La bota, botín o lo que sea es para llorar. Da la sensación de volver a los años 40 en España.
    Un espanto. Y también se lee entre, sobre o a la par de las líneas, un machismo visceral, profundo, arraigado, en la sociedad mexicana. Miedo me daría vivir allí. ¿No tienes problemas en la vida diaria en ese sentido?...
    Ayseñor...

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  4. Mujer, es como todo, el peligro de la historia única. En cada país conviven uno o dos o múltiples países. Una sobrina que vive en Brasil me mandó escandalizada el enlace donde se ve, en los San Fermines a una chica desnuda y manoseada. El titular era el siguiente: esto es España, machismo y toros. Para resarcir, he puesto una nueva entrada, sobre Malinche y Astrid Hadad

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