viernes, 26 de julio de 2013

Oaxaca


Resumen del viaje a Oaxaca. Cuatro horas y media en autobús, la mejor forma de viajar por México y la más segura. Los autobuses son buenos y cómodos y los conductores adiestrados. Desistimos de alquilar coche y nos alegramos. Hemos ido por sierras, montañas y valles y salvo unos 60 km. a la salida de Puebla que es autovía y unos 40 km antes de entrar en Oaxaca que también lo es, el resto carretera nacional, estrecha, con desfiladeros profundos y un paisaje de lo más variado, sobre todo cuando entramos en la selva subtropical. Oaxaca está al suroeste de Puebla, hace más calor y tiene costa en el Pacífico, aunque no llegamos a ella, nos quedamos en la capital. Antes pasamos zonas frondosas y en lo alto de las montañas zonas desérticas con una variedad de cactus de toda índole, cactus en forma de falo, magueyes, pitas,  cactus en forma de árbol, pinos con forma de cactus o cactus con hojas de pinos, la verdad, desconocidos para mí. Tras horas de gargantas y desfiladeros, de subir y bajar montañas, entramos en Oaxaca, frondoso y selvático.




Lástima que en las fotos, sacadas desde el autobús, no se aprecie bien el paisaje.
 
 
La ciudad se encuentra en un valle olla, rodeado de montañas y muy protegida por ellas, a 1.500 m de altitud. Aparecen jacarandas, magnolios, laureles de la china, buganvillas y framboyanes. El resto, ni pajolera idea. Al fondo, la sierra norte de Oaxaca, selva tropical, una se imagina la guerrilla escondiéndose y trayendo al jaque al ejército juarista. En fin, el romanticismo me domina. Hace bastante más calor que en Puebla. Cuando le preguntamos al taxista que nos llevaba al hotel la altitud de Oaxaca su respuesta fue: la que tiene, ni más ni menos. ¿Llueve?  Cuando debe. ¿Temperatura?  La que hay, por la mañana fresco, al mediodía calor. Todo un compendio de sabiduría y respuestas típicas que yo también diría ante guiris como nosotros.
Nos costó reservar hotel, casi todos estaban llenos. Y nos preguntábamos qué tendría Oaxaca para tener todas las plazas hoteleras  cubiertas. Luego, tras encontrar habitación en el hotel Oaxaca Mágico, casa colonial reconvertida, lo entendimos. Estábamos en el mes de julio, que es el mes de la GUELAGUETZA, palabra zapoteca (era la cultura prehispánica de la zona sur de México) que significa ofrenda, presente. La tradición es antigua y consiste en que los campesinos de todo el estado bajan a la capital y obsequian con sus presentes, comida y bebida de nuevo, a todos los de la capital. Esta fiesta prehispánica  estaba dedicada inicialmente a CENTEOTL  (diosa del maíz) y se mezcló o fue mezclada o usurpada por la iglesia católica y la recondujo a fiestas también en honor de la Virgen del Carmen. Total, que llegamos en plena fiesta, con la feria del tamal, la feria del mezcal, la feria de la artesanía, la feria de los bailes tradicionales de Oaxaca. Música y comida por todas las plazas, los oaxaqueños con sus mejores galas, ellos sombrero y chaqueta, ellas con sus huipiles largos y faldas asomadas debajo llenas de color y sus rebozos. Calor  y mucho norteamericano turista. Nos sorprendió ver tantos, pues en Puebla casi no se ven. Parece ser que el mes de la Guelaguetza tiene mucha aceptación entre ellos




Oaxaca es también una ciudad colonial, más pequeña que Puebla y se nota en las calles que más pobre también. Aquí la gente habla el zapoteco y el mixteco. Lo hemos oído por la calle pero no sabría distinguir cuál de los dos era. Oaxaca de Juárez es un centro de convergencia para todos los diferentes grupos étnicos, entre ellos se encuentran: los amuzgos, cuicatecos, chatinos, chinantecos, chochos, chontales, huaves, ixcatecos, mazatecos, mixes, mixtecos, nahuatlecos, triques, zapotecos, zoques y popolocas.  La riqueza de la artesanía, precisamente por esto, es enorme. Muy típicos de Oaxaca son los alebrijes, figuras de madera polícromas, que representan animales extraños. Es curioso, porque la palabra con que se les designa  no es zapoteca, ya que ellos no pronuncian la r. En caló, sí, habéis leído bien, significa cosa enredada y fantástica. 

 Fueron los indígenas que trabajaban con un hacendado español los que desarrollaron la policromía sobre lo que el señor labraba. Parece ser que ellos bajaban la madera de la selva y hay que tallarla cuando aún está verde y húmeda. Los textiles tienen mucha importancia y parece ser que la cerámica también.  Son los que producen las imágenes en latón, llegando a hacer con este material cantidad de imágenes, sobre todo calaveras, que tanto les gusta.
Bailando en el zócalo


Cestería en el mercado: Ina dibujando el trabajo artesanal


La danza de Quetzal

Zancudos también en Oaxaca


Tienda de artesanía




¿Y quiénes son esos que se han colado en la foto?

Lugareños por detrás, dispuestos a bailar.


  La ciudad no llega a los 300.000 habitantes. Es tranquila, se puede pasear por las calles salvo en las horas de máximo calor, tiene también un enorme zócalo y muchas de las casas coloniales son de una sola planta, no de dos como en Puebla. Además, los adornos en iglesias y en portones son mucho más sobrios, lo cual ayuda a relajar.
Es una arquitectura colonial más sobria que Puebla
 
 
El patio de una escuela, así da gusto.
 
Otro patio colonial, haciendo el ganso.
 

Como comprenderéis no nos quedó más remedio que comer en la Feria del Tamal, oyendo música y observando lo que bebían (no nos atrevimos por lo de Monctezuma). La bebida típica es el TEJATE, también una bebida prehispánica elaborada a base de cacao, maíz criollo y hueso mamey que se sirve con hielo (aquí la parte peligrosa). Parece ser que la bebida formaba parte de los rituales para las fiestas de las lluvias de los zapotecas, y andan ahora trajinando la denominación de origen para comercializarla debidamente embotellada. En la entrada anterior puse una foto de una mujer preparando esa bebida. 
 
Visitamos  museos (los más interesantes el Museo del textil y el prehispánico), los mercados, las ferias de artesanía, en fin, todo dentro de un programa turístico avanzado. Las fotos lo atestiguan.



 

A la vuelta, de nuevo el paisaje, sobrecogedor porque acababa de llover y era por la tarde, con un brillo dorado sobre la sierra, los árboles y los campos de maíz, las haciendas y de cuando en cuando algún caballo. Con un cielo de nubes oscuras y claros azul intenso, como diría el servicio de meteorología para quitarle romanticismo a la cosa. Ya de noche, antes de llegar a Puebla, paran el autocar en el arcén y sube un soldado del ejército mexicano: ¡buenas noches! El servicio de vigilancia contra el narcotráfico siempre atento, vamos a registrar sus valijas. Pues eso.

De Oaxaca es la cantante Lila Downs y estando nosotros allí la nombraron hija predilecta de la ciudad por su ayuda a las mujeres indígenas oaxaqueñas.
 

1 comentario:

  1. Veo que vamos a disponer de un cuantioso archivo de descripciones gráficas y retratos del Inge Marinas tan guapo en la foto. Si es pena que desde el autobús no salgan bien las fotos, pero como dice ACalvo: la foto de paisaje no es evidente. Otra manera de verlo es la de F Capa quien aseguraba que sí una foto no está bien es porque el fotógrafo no está bastante cerca. En cambio la de las dos damas haciendo poses en el brocal de la fuente, aunque muy pequeña/fotógrafo muy lejos, me ha gustado mucho. En la próxima ya hablaremos del formato vertical y del horizontal. Muchas gracias por la visita a Oaxaca, qué lejos de Osaka!. Besos marinos

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