sábado, 22 de junio de 2013

Todavía en México DF

Con la visita de Monctezuma y sin ver el sol desde que llegamos, solo queda patear a trozos la inmensa ciudad. El museo más exquisito de todos, el Museo Antropológico. Fui a verlo a instancias de varios amigos, que insistieron en que no me lo perdiera. Y sí, debe ser visita obligada. No solo por lo bien montado que está y lo bien que explica todo, sino porque una se da cuenta de hasta qué punto podemos despreciar las culturas indígenas. Una conoce algo de aztecas, mexicas, y totoltecas, pero al ver allí la cantidad de culturas precolombinas completamente desconocidas, se entiende el orgullo de este pueblo por su pasado, que ha sido muy rico y lleno de yacimientos piramidales, nunca mejor dicho. Pongo algunas fotos que saqué:



Después,visita, de nuevo al casco histórico, o sea, el zócalo y alrededores. Lo mas importante del zócalo es el tamaño que tiene y, después, lo que he dado en llamar el traszócalo, o sea, las calles adyacentes y traseras, desde la calle de los Donceles, donde están todas las librerías de segunda mano, inmensas y que representan un laberinto de mesas y estanterías casi decimonónicas de donde puede surgir en un momento dado un arqueólogo descubriendo un manuscrito perdido, como el resto de calles donde están toda la venta al por mayor por gremios. O sea, en una calle, telas, en otra calle, diademas, en otra calle, sostenes y así sucesivamente. Todo ello en una algarabía callejera donde las mujeres compran y se llevan luego en grandes bolsas de plástico para revender por las calles y buscarse así la vida. Pongo también fotos por el colorido que tienen.




 

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